Cómo congelar alimentos correctamente en casa
La congelación es una técnica de conservación que evita que los alimentos se descompongan. Las temperaturas bajas impiden que los microorganismos crezcan y se multipliquen y nos permite disfrutar de estos alimentos cuando los necesitamos, ya sea si los compramos directamente congelados o si los congelamos en casa.
Trucos para congelar en casa
Antes de congelar la comida, tienes que asegurarte que está a temperatura ambiente. No congeles nunca un alimento acabado de cocinar o caliente.
El mejor envase para congelar es el vidrio, en recipientes cuadrados o rectangulares para aprovechar mejor el espacio. Otra opción son las bolsas herméticas de conservación que se pueden limpiar y reutilizar. Para agilizar la congelación, es mejor colocar los alimentos planos. De este modo, también ocuparán menos espacio y serán más fáciles de descongelar.
Etiqueta siempre lo que congeles, poniendo la fecha e indicando si está cocido o crudo. Así es mucho más fácil identificar qué es y cuánto hace que lo tenemos.
Agrupa los alimentos del mismo tipo por cajones. Por ejemplo, la verdura y la fruta en un cajón; la carne en otro, y uno de diferente para el pescado.
Cuando introduzcas alimentos nuevos, es importante reordenar los cajones y poner los más nuevos detrás y los más antiguos, delante. Así estarán más a mano para usarlos antes.
Es importante no sobrecargar el congelador. Tienen que quedar espacios para que circule el aire frío y asegurar una congelación eficaz.
Para no derrochar comida, congela siempre en porciones, ya sean individuales o familiares. Esto te permitirá descongelar sólo lo que necesites.
¿Cómo se tiene que descongelar?
Hay que cuidar el proceso de descongelación porque los microorganismos que pueden causar alguna intoxicación se reproducen muy rápidamente en temperatura ambiente. Una vez descongelado el producto, hay que cocinarlo rápidamente. No se tiene que quedar a la nevera.
¿Qué alimentos se pueden congelar?
Se pueden congelar alimentos tanto crudos como cocinados, pero con los primeros tenemos que tener algunas consideraciones:
Verdura: se tiene que evitar congelar verdura de hoja verde cruda u hortalizas con mucha agua, como el pepino o el calabacín. Siempre es mejor hacer un caldo rápido y dejarlas enfriar antes de congelar.
Carne: se tiene que congelar en las porciones que después usaremos. Se tienen que separar siempre los filetes para no se enganchen entre sí y se puedan congelar y descongelar fácilmente. La carne puede estar en el congelador de nueve a doce meses.
Pescado: también lo congelaremos entero o a lonchas planas y sin que se enganchen. El pez puede estar en el congelador de tres a seis meses.
Fruta: si está muy madura, la puedes congelar pelada, cortada y sin hueso para hacer batidos, cubitos para cócteles, sorbetes o helados. La fruta se puede congelar cruda hasta doce meses; el limón, no más de tres o cuatro meses.
Pan: Lo mejor es congelarlo cortado, y sacar cada vez las rebanadas que necesitamos.
Hierbas aromáticas: si habéis comprado hierbas aromáticas, como menta o cilantro, y se están poniendo feas, no las tiráis. Podéis hacer una vinagreta rápida con óleo de oliva y congelarla en una cubitera. Así la podéis descongelar en pequeñas porciones para añadir a una ensalada, por ejemplo. También las podéis congelar tal cual, muy lavadas, secadas y tajadas.
Caldo: si preparas caldo en casa, puedes hacer bastante y tener para más días. Se puede congelar en un recipiente de cristal, pero sin que llegue arriba, porque aumentará de volumen y el continente puede explotar. También se puede congelar en una cubitera y aprovecharlo para hacer salsas, sopas o cremas de verduras.
